La Cueva del Contador 2016

Este vino deslumbra con su brillante intensidad de color rojo-morado, revelando una profundidad y plenitud notables en su aroma. Las frutas rojas y negras se fusionan en una deliciosa compota, enriquecida con matices especiados, minerales y balsámicos, junto con sugerentes notas tostadas. La madera, fina y armoniosamente integrada, aporta su presencia distintiva. En el paladar, se presenta con una potencia envolvente, destacando un equilibrio excepcional entre madurez y frescura. Su final prolongado y refrescante confiere una elegancia innegable a esta experiencia sensorial única.

La Cueva del Contador 2016, un excepcional vino tinto producido por la reconocida Bodega Contador en la prestigiosa Denominación de Origen La Rioja, refleja la maestría del destacado enólogo y viticultor Benjamín Romeo. Este apasionante proyecto se inició en 1995, cuando Benjamín dio vida a las primeras añadas de la Cueva del Contador y Contador en una encantadora cueva centenaria ubicada bajo el imponente castillo de San Vicente de la Sonsierra.

Este magnífico vino tinto, elaborado principalmente con la variedad Tempranillo, proviene de siete pequeñas parcelas de la bodega situadas en las localidades de San Vicente de la Sonsierra y Ábalos. Los diversos suelos arcillo-calcáreos, combinados con diferentes orientaciones, altitudes y microclimas, contribuyen a la creación de un vino sumamente complejo. La Bodega Contador adopta prácticas agrícolas basadas en los principios de la agricultura biodinámica, asegurando la calidad y sostenibilidad del proceso.

La vendimia se realiza manualmente por vendimiadores expertos, con transporte rápido de la uva en cajas de 14 kilos a la bodega y en un plazo máximo de media hora. Aquí, se efectúa una selección manual tanto de racimos como de granos después del despalillado. La fermentación tiene lugar en tinos troncocónicos de roble francés de 10.000 litros, con un control preciso de la temperatura. Tanto el vaciado de los depósitos como el llenado de barricas se realizan por gravedad. La fermentación maloláctica se lleva a cabo en barricas nuevas de roble francés, y los vinos con crianza reposan en barrica de 18 a 20 meses. Durante este período, se realizan trasiegas y rellenos semanales, considerando incluso los ciclos lunares en todos los movimientos del vino para asegurar su calidad óptima.

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